9.2.07

El Hermano Mayor (así está el país)



La máquina de hacer famosos

por Alan Pauls

Tal vez el único gran mérito de la versión argentina de Gran Hermano haya sido la clarividencia con que su primera edición –2001– anticipó la sobredosis de realidad que en el verano de 2001-2002 haría colapsar a la Argentina entera. La Casa –con su vocación de claustro, sus reglas impuestas desde afuera, su esclavitud– fue el prototipo adulto del Corralito, y el puro presente imbécil que consumía las vidas de los “valientes” que arengaba Solita Silveyra parodiaban avant la lettre el vértigo sin pasado ni futuro que centrifugaría a una sociedad cuyo grito de guerra –“que se vayan todos”– se parecía demasiado a una “nominación” indiscriminada. Es una suerte (y una fatalidad) que el pionerismo televisivo dure tan poco. Si el profetismo old fashioned del 1984 de Orwell sigue interpelándonos por su perspicacia anacrónica, la actualidad de Gran Hermano sólo puede despertarnos una nostalgia desolada o sarcástica, que pone al desnudo el modo en que la TV transforma toda realidad, incluso la más candente, en déjà vu. A fines de los ’90, cuando el experimento del señor de Mol irrumpió en las pantallas, muchos creyeron que la televisión había alcanzado el colmo de su monstruosidad y muchos que sólo se había reconciliado con su destino. Las dos fracciones tardaron bien poco en comprender hasta qué punto estaban de acuerdo. Harta de depender de la excepcionalidad, la televisión encontraba gracias a GH el yacimiento de acontecimientos más prodigioso y aparentemente más inagotable: la banalidad de la vida cotidiana en un universo concentracionario de pacotilla. Sin embargo, a seis años del primer GH argentino, es evidente que nada envejece más que la vida cotidiana.

El texto completo, acá
 

2 Comments:

Blogger Leto! said...

GH... Qué joyita...

¿Por dónde andará el puto de Trezeguet, me pregunto?
(No David, Gastón digo)

14.2.07  
Blogger Blopa said...

Quién sabe, pero siempre se lo puede reemplazar con otro puto, porque de eso sobra, lo que faltan son capitalistas.

14.2.07  

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