17.10.06

La Modernidad es un juego de espejos II



La lectora de la carta en la ventana abierta (1657)
Jan Vermeer van Delft (1632 - 1675)


El mundo burgués descrito por Vermeer es acaso la descripción de la Modernidad misma y sus contradicciones: la aparición del sujeto como individuo, la mujer como ser pensante y deseante, los ambientes interiores, la luz y la sombra, los mensajes morales sobre el deber ser (en especial aplicado al mundo femenino), y por supuesto, los espejos. ¿Qué dice la carta? ¿De quién es? ¿Quién es la mujer? No lo sabemos, el pintor sólo ha decidido correr el cortinado para mostrarnos un instante. La luz nos abre a un mundo desconocido que se nos ortorga en silencio, y esa misma luz da en el rostro de la joven, iluminándola, revelándola al exterior, el cual a cambio le entrega un reflejo y termina de completar su rostro, su cuerpo: sólo se puede ser en relación a lo que ese afuera nos ofrece (nos impone). La potencia del deseo queda multiplicada en un juego infinito de imágenes posibles. No deseamos perturbar a la joven (para quien su centro es la carta, no nostros) ni su secreto. Corremos el cortinado y nos retiramos lentamente, con la sensación de haber sido testigos de algo maravilloso, aunque no podamos precisar exactamente qué fue.

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