10.12.07

Aurora



¿Cuál es la escena que sigue recordando cuando se acuerda de Eva?

–Me quedaba con ella hasta la noche. Pobrecita, no daba más y seguía. Fue una gran mujer. ¿Me vas a preguntar por Perón después? De él no puedo decir nada ni nunca diré nada. Cuando estaba muy enferma yo me acostaba al lado de ella. Y siempre lo mismo: Aurorita, contame un cuento verde. Soy muy buena para los cuentos verdes. (Aquí accede al pedido y luego de ofrecer un menú con chistes verdes criollos, polacos, judíos y franceses opta por el que empieza “iba un padre y sus dos hijos arriba de un burro”.) Y cuando no me pedía que contara un chiste, me decía: Aurora, hablame de Heráclito. Le encantaba que le hablara de Heráclito y el tiempo. Yo le decía: “El tiempo es una entidad, una cosa, metafísica, más allá de la física. Eva, el tiempo no corre, el tiempo está tenso. En cambio nosotros y las cosas nos vamos”. “Ay Aurora –me decía Eva– cómo me gustaría ser heracliana para no irme tan pronto.”

Fragmento de la entrevista hecha por Liliana Viola a Aurora Venturini, ganadora del Premio Nueva Novela de Página/12


4.12.07

Gusanos de cuello blanco


Burroughs saliendo del Beat Hotel, París

“(…) La democracia es cancerígena y su cáncer es la burocracia. Una oficina arraiga en un punto cualquiera del Estado, se vuelve maligna como la Brigada de Estupefacientes, y crece y crece reproduciéndose sin descanso hasta que, si es controlada o extirpada, asfixia a su huésped, ya que son organismos puramente parásitos. (En cambio, una cooperativa puede vivir sin Estado. Es una ruta a seguir. Crear unidades independientes que satisfagan las necesidades de quienes participan en el funcionamiento de cada unidad. Una oficina opera a partir del principio contrario inventar necesidades para justificar su existencia.) La burocracia es tan nefasta como el cáncer, supone desviar de la línea evolutiva de la humanidad sus inmensas posibilidades, su variedad, la acción espontánea e independiente, y llevarla al parasitismo absoluto de un virus (…) es la renuncia a la vida misma, una caída hacia el mecanismo inorgánico, inflexible, hacia la materia sin vida.
La burocracia muere cuando se derrumba la estructura del Estado. Las oficinas son tan incapaces e inadecuadas para tener existencias independientes como una solitaria sin tripa, o un virus que ha matado a su huésped.”

William Burroughs (1914 – 1997), El Almuerzo Desnudo (1959)


3.12.07

Porfiando poesía



Un interesante valiente nuevo proyecto editorial que vale la pena tener en cuenta. Porque después de todo, el mundo siempre necesita más poesía (que de lo otro ya tiene bastante).

2.12.07

El Amor es el Diablo - Ana Arzoumanian



“Se detiene la sangre,/pega un salto, pierde el juicio./De un tirón/del marasmo de su oleada/se desprende la distancia,/la pulseada del origen/durante todo lo mío/se congela”.

Ana Arzoumanian (Buenos Aires, 1962)



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29.11.07

¡Es un pájaro! ¡Es un avión! ¡No! Es...¡¿un judío?!



(…) en toda la historieta, de Superman a Spirit, no hay ninguna noción de lo étnico. Todo se reduce a la norma común estadounidense. El problema contemporáneo es que la cultura judía está definida con estrechez mental de gente estudiosa del Holocausto, el sionismo o la religión. Si uno se reconoce como judío, entonces la gente lo toma a uno como un religioso o un sionista. Al no ser ni lo uno ni lo otro, paso todo mi tiempo explicando que mis centros de interés son históricos y lingüísticos. La idea de una cultura judía y de una pureza racial fue inventada por los nazis. No existe ni raza ni cultura puras”, protesta Katchor. Y al escuchar a una jubilada exclamando frente a una plancha del Corto Maltés, observando unas inscripciones en hebreo: “¡¿Hugo Pratt también era judío?!”, y la lectura del cartelito especificando que la madre del autor era judía, es difícil ocultar cierta incomodidad, algo que a veces ocurre con algunas exposiciones del MAHJ. Este museo, que suele proponer muestras eruditas y curadas con minucia –como ésta– tiene por vocación organizar eventos que plasmen “la experiencia judía” del artista, un denominador común difuso a la hora de explicar cómo y en qué el concepto es definitorio. El ejercicio de selección de temas del museo deja a veces la sensación de un censo (¡Es uno de los nuestros!) aplicado a una identidad judía, por esencia esquiva, que no se deja catalogar satisfactoriamente a partir de criterios religiosos, históricos o culturales.

Y ahora…¿quién podrá defendernos?

Por Alejo Schapire para RADAR






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26.11.07

Artistas del Cómic - Joan Sfar



Los bigotes de Dios

Por Martín Pérez para RADAR


“A los judíos no les gustan demasiado los perros. Creo que es porque el perro te muerde, te persigue y te ladra. Y hace tanto tiempo que a los judíos los muerden, los persiguen o les ladran que, al final, prefieren a los gatos. Bueno, no sé qué pensará el resto de los judíos, pero mi dueño así lo dice.” Con estas palabras comienza el primer tomo de la saga titulada El gato del rabino, narrada por el felino del título, que vive junto a su dueño –y a su hermosa hija, Zlabya– en la Argelia de comienzos del siglo pasado. Aunque su voz es la que cuenta siempre cada una de sus historias, el gato aprende a hablar recién unos cuadritos más adelante, cuando se come al loro de la familia: un animal tonto y que no deja nunca de hablar bobadas. Allí es donde comienzan realmente sus aventuras, ya que su amo desconfía de ese milagro y a la vez esa desgracia que es que su gato sea capaz de hablar. Porque, según el rabino, no hace más que decir mentiras, como asegurar una y otra vez que no se ha comido al loro. “La palabra sirve para expresar el mundo y no para desvirtuarlo”, se queja el rabino, que no quiere dejarlo a solas con su hija, temeroso de que le meta malas ideas en la cabeza. Por eso pretende hacer del gato un buen judío, aunque el animal decide que si es judío quiere tener su bar-mitzva. Así es que el rabino lleva a su mascota a la casa de su maestro, para preguntarle si su gato que habla puede tener su bar-mitzva. Como era de esperarse, el maestro asegura que eso es imposible, y el desafiante gato comienza a polemizar con él. Lo saca de sus casillas, y termina sugiriéndole a su discípulo que lo ahogue. “Le digo al rabino del rabino que soy Dios, que ha tomado la apariencia de un gato para comprobar su fe”, se enoja entonces el gato. “Le digo que no estoy nada satisfecho con su conducta. Le digo que ha sido conmigo tan dogmático y obtuso como lo son algunos cristianos con los judíos. Se arrodilla e implora que le perdone. Le digo que es una broma, que sólo soy un gato y que ya se puede levantar. El rabino del rabino dice que blasfemo, que miento, que usurpo el nombre de Dios y que deberían ahogarme.”

La nota completa, acá y el sitio de Joan Sfar, acá


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24.11.07

La identidad argentina y otras paradojas

El Centro de detención, tortura y exterminio “Garage Azopardo” funcionó en la manzana delimitada por Azopardo, Chile, Ingeniero Huergo y México durante los últimos meses de 1976 en dependencias de la Policía Federal. Formó parte del circuito represivo Azopardo-Atlético-Banco-Vesubio-Olimpo, bajo la órbita de Primer Cuerpo de Ejército

Hoy todavía funcionan oficinas de la Policía Federal, concretamente allí tramitamos nuestra cédula y pasaporte. Es una ironía macabra que tengamos que acreditar nuestra identidad donde cientos de nosotros fuimos privados de la misma.

Por eso exigimos el cese de todas las actividades que allí se realizan actualmente y la recuperación de Azopardo para la memoria histórica de nuestro pueblo.

Familiares, sobrevivientes, organismos de DDHH invitamos a sumarte a esta lucha y a la colocación de un plotter como señalización en Azopardo y Chile, Ciudad de Buenos Aires.

Lunes 26 de noviembre, 18 horas.

COMPAÑEROS DETENIDOS DESAPARECIDOS EN AZOPARDO: PRESENTES

30 MIL COMPAÑEROS DETENIDOS DESAPARECIDOS: PRESENTES

AHORA Y SIEMPRE
Comisión por Memoria y Justicia – Ex CCDTyE “Garage Azopardo"